11º Aniversario del Terremoto en Haití. 2010 – 2021

El 12 de enero de 2010, a las 16:53 hora local, un terremoto de 7,2 grados en la escala Richter, con epicentro en la capital Puerto Príncipe, sacudió Haití.

Los efectos causados sobre el país más pobre de América fueron devastadores:

  • Causó más de 315.000 muertos y 350.000 heridos Kay St. Germain, entre los que se practicaron más de 20.000 amputaciones.
  • Se derrumbaron el 60% de los edificios gubernamentales y murieron el 25% de los funcionarios de Puerto Príncipe.
  • 293.383 viviendas y 4.000 escuelas fueron destruidas (el 80% de las escuelas de Puerto Príncipe y el 60% de las de los Departamentos Sur y Oeste).
  • Más de 1.5 millones de personas se quedaron sin hogar y pasaron a vivir en campamentos altamente precarios, sin saneamiento básico, sin alimentos, agua o atención médica.
  • Más de 50 hospitales resultaron gravemente dañados y los pocos que quedaron en pie se colapsaron, o carecían de personal y de medicinas.
  • Se produjeron 7.900 millones US$ en daños y pérdidas, equivalentes al 120% del PIB de Haití, según el Banco Mundial.
  • Sólo en Puerto Príncipe se produjeron 19 millones de objetos cúbicos y escombros.
  • La tercera parte de la población haitiana se vio directamente afectada por el terremoto.
  • Unos meses después del terremoto, se propagó el cólera por el país e infectó a más de 800.000 haitianos, de los que murieron más de 9.000.

Las imágenes difundidas por el mundo mostrando pérdidas, dolor y devastación, siempre estarán presentes en nuestra memoria.

Sin embargo, en medio de tanta desolación, la respuesta del socio local, Nos Petits Frères et Sœurs, fue inmediata y efectiva. Tras asegurarse de que los niños atendidos en sus programas estaban seguros, la primera acción emprendida por NPFS fue atender a los cientos de heridos que se aglomeraban en la entrada del hospital St. Damien. Voluntarios profesionales médicos de todo el mundo llegaron al Hospital para prestar asistencia médica de emergencia.

Durante las primeras semanas posteriores al seísmo, el hospital St. Damien atendió a más de 11.000 heridos. Desde el quirófano del hospital se practicaron todo tipo de cirugías. Se realizaron 100 radiografías a diario para diagnosticar el tipo de fracturas de hueso y lesiones de tejidos blandos en los enfermos. La mayoría de ellos precisaban de amputaciones, por lo que se habilitó una sala de operaciones para la amputación de brazos y piernas.

Una vez intervenidos, más de 2.000 pacientes amputados se recuperaron en el centro de día Kay St. Germain, que habilitó una sala ortopédica y de prótesis.

Ante la necesidad de suministros médicos, al día siguiente del terremoto, el socio local de NPH en República Dominicana envió su primer camión con suministros médicos (material quirúrgico, desinfectantes o morfina), alimentos (agua, arroz y frijoles) y combustible al hospital St. Damien. Desde entonces y durante los días posteriores, estuvieron llegando diariamente 2 camiones cargados con ayuda humanitaria, que se extendió a los barrios marginales de Puerto Príncipe, donde actualmente NPFS sigue distribuyendo agua potable, arroz y pasta.

A continuación, NPFS creó el programa FWAL, que atendió a 11.000 niños desplazados, vulnerables o en riesgo en campamentos de día, localizados en los barrios marginales donde trabajaba NPFS antes del terremoto. En los campamentos se impartieron clases a niños de preescolar y primaria y se les proporcionó suministros básicos. El centro de producción autosostenible Francisville elaboró más de 5.000 panes diarios para distribuir entre los  amnificados.

También se construyeron dos hogares para niños huérfanos o abandonados a raíz del terremoto: St. Louis (7-16 años) y St. Anne (0 a 6 años).

En el año 2015 los campamentos de día se convirtieron en la actual escuela FWAL que actualmente atiende a 889 estudiantes de la comunidad de Puerto Príncipe y alrededores.

Hoy se cumplen 11 años desde el nefasto 12 de enero de 2010, pero Haití sigue siendo el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo. Ahora que no aparece en los medios de comunicación, precisa más que nunca de nuestra ayuda.

A lo largo de todos estos años hemos construido piscifactorías y letrinas, hemos creado programas de deporte para han permitido la inserción social de niños y jóvenes, hemos ampliado áreas específicas del St. Damien pediatric hospital como las áreas materno infantil, oncología y tuberculosis, hemos financiado becas universitarias de medicina, arquitectura, leyes, ingenierías, y enfermería, entre otras, y hemos, en definitiva, contribuido a la reconstrucción de un país que quedó hecho escombros en tan sólo unos segundos.

Pero queda mucho por hacer, y Haití sigue necesitando de la ayuda internacional, y la Fundación Nuestros Pequeños Hermanos seguirá prestando su apoyo desde España, con la confianza de nuestros donantes, empresas, instituciones y voluntarios.

Un millón de gracias por las muestras de solidaridad y generosidad que la Fundación NPH ha recibido durante la última década para devolver la dignidad, ofrecer consuelo y esperanza al pueblo haitiano.

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